Se cree que el corazón es un demente
aventurero, ¡también él, con sus caprichos y sus ideas fijas y sus
exigencias insólitas!
Se asegura que es el más auténtico de los
indicadores con respecto a los deseos y las decisiones por tomar.
El
corazón es un sistema de inteligencia existencial más creíble que el del
complejo cerebro.
El corazón conecta una red invisible de
interdependencia para inventar un campo vigoroso e imperecedero que
podemos llamar "amor".
El corazón es sabio: "Los que de corazón se
quieren solo con el corazón se hablan", dijo Quevedo.
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